Volvemos al nomenclátor de las calles porque el Ayuntamiento ha aprobado dedicar una calle al ceramista Manolo Safont. Hasta aquí no hay problema, uno de los ceramistas más reputados de la provincia e-te-ce y es petición directa de la UJI, que es donde se encuentra la calle en cuestión.
Ahora viene lo místico. En el mismo pack de nombres, el Ayuntamiento ha aprobado las denominaciones para otros viales… Calle del fuego, calle de la tierra y calle del agua. Argumentan que son los elementos esenciales para la cerámica y patatín y patatán. Bueno, que sí. Calles místicas que se suman a las últimas o penúltimas denominaciones… como el paseo del Río Nilo por la zona de Censal. ¡Ay!
Cada pueblo tiene lo suyo, que en otros lugares hay despropósitos todavía más graves.
lunes, 6 de octubre de 2008
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